Estas son las cosas que me hacen olvidar...

Una lágrima en la mano
Un suspiro muy cercano
Una historia que termina
Una piel que no respira.
Una nube desgarrada
Una sangre derramada

Quince gritos que suplican
Una tierra que palpita
La sonrisa de un recuerdo
La mentira de un te quiero
Una niña que pregunta
Unos cuerpos que se juntan

Mil silencios de un olvido
Un amor que se ha perdido
Tres guirnaldas en el pelo
El aliento de unos besos
El perdón de los pecados
Unos pies que están clavados

La razón de la locura
Una luz de luna oscura
Dos ojos en la noche
Una voz que no se oye
Una llama que se apaga
Una vida que se acaba

El color de un tiempo abierto
Un mañana siempre incierto
El sudor en una frente
El dolor de aquella gente

Una llaga que se cierra
Una herida que se encierra
Unos labios temblorosos
Unos brazos calurosos
Dos palabras en la arena
Una ola se las lleva

Una piedra en el vacío
Otra piedra en el sentido
Una lluvia en el alma
Un incendio en las entrañas

Unos pasos sin destino
Por cuarentamil caminos
Unas flores en mi tumba
Siempre nunca, nunca, nunca...

Nieva

Nieva...
Y tú recuerdo me golpea una vez más...
Nieva...
Y al mirar por la ventana puedo ver como los copos caen deprisa... pero revoloteando en el aire...
Algunos tejados ya empiezan a estar blancos, todo tiene un aspecto más bonito.
Faltas tú, aquí, a mi lado, hablándome... Faltas tú.
Nieva...
Y quisiera que cada copo dejara caer un trocito de tí, hasta recomponerte por completo... hasta traerte de vuelta y dejarte aquí para siempre.
Nieva...
Y en días como hoy a veces oigo el piano... cuando hace frío.
Pero estás lejos... aún así, ¿tocarás para mí? Yo lo oigo
Imagino que cada copo transporta una nota, que llega a mí desde tan lejos en forma de nieve, pero yo lo oigo.
Nieva...
Y no estás conmigo...

Nieva...

Te echo de menos

Te echo de menos...
Aún es impensable que hace dos años estuviéramos aquí juntos... por última vez...
Echo de menos tantas cosas, tantos detalles...
Las largas jornadas, a veces hasta las 11...
Recuerdo los cafés del descanso, nuestras conversaciones, lo cerca que estábamos siempre.
Añoro intuir tu mirada, tus ojos mirando como estudio, te pillaba casi siempre.
Y esas notitas cuando ya no te apetecía estudiar más, o cuando sí tenías que hacerlo, esas miradas de cariñoso reproche...
Mis apuntes están ahora vacíos, como mi vida desde que no estás, dibujabas mi alegría...
Recuerdo la sensación de descubrir en mis apuntes un ojo, un dibujo, que aparecía por sorpresa mientras estudiaba...
¡Qué diferentes son ahora las cosas! Y qué tristes también.

Te necesito, necesito tu sonrisa cuando estoy sobrecargada con todo esto...
Necesito una palabra para animarme a seguir...
Necesito esa mirada de complicidad que en un momento dado decía ¡Chocolate!

Te echo de menos... Sí, Zacut me recuerda a tí.

Y tú no estás...

Hoy tu recuerdo me golpea una vez más el alma… (la mente, el cuerpo…).

Mi corazón de nuevo ha pasado de la calma a la tempestad revuelta por el viento, como ahí fuera, que resopla y silva con una fuerza infinita.

La lluvia golpea en la ventana, rápida, intensa… Llueve en la ciudad que nunca duerme, ahora oscura; y tú no estás…

Tus gestos inundan mi cabeza, tus palabras, tus sonrisas… Me duele el corazón…

Hoy estoy cansada, cansada de vivir, cansada de fingir…

Sigue lloviendo ahí fuera y en mi alma llueven recuerdos, sigue tronando ahí fuera y en mi mente truena tu voz…

Y tú no estás…

Ya no se oye el viento y las últimas gotas de lluvia resbalan ahora lentamente en el cristal… ya no hay lágrimas en mis ojos, ahora verdes… Sale el sol, otra vez calma…

Y tú no estás…

Haiku

Nazarashi wo
kokoro ni kaze no
shimu mi kana
(Matshuo Basho)

De hogueras y brujas

No sé si funcionan los hechizos de amor, tú y yo nunca necesitamos ninguno...
No sé si hay hechizos contra el dolor, jamás me he planteado utilizar uno...
No nos conocimos en San Juan, donde el aire huele a azufre en la noche y cuando, dicen, que todas las penas se van...
No nos conocimos en San Juan pero el aire huele a ti, como todo el que respiro; y esa brisa, mágica, que le llaman, sólo susurra tu nombre.
Nunca hicimos una hoguera para desprendernos de todo eso que nos hacía daño y hoy, con el fuego en mis pupilas no puedo evitar recordar tu mirada...
Porque no hay hechizo mayor que el de tu mirada, ni embrujo más grande que tus palabras, no hay fuego capaz de quemar nuestros lazos, ni hoguera, ni llama que pueda reducir a cenizas todos mis recuerdos...
Sí que pedimos deseos contemplando las estrellas, muy juntos, soñándo en voz alta al verlas caer...
Deseos que nunca llegaron a cumplirse...

No, nunca hubo hechizos ni hogueras, pero a mí San Juan siempre me recuerda a ti...

Tormenta

Me gustaría que todo lo que siento desapareciera, se limpiara, resbalara de mi alma como en un día de tormenta de verano...
Contemplar un atisbo de esperanza, como un relámpago que de golpe ilumina todo cuanto el agua se va a llevar; sentir una sacudida, un trueno que estremezca todo mi ser; notar, despacio, la primera gota sobre mí, fría, inesperada; una segunda, traspasándome, haciendo que empiece a acostumbrarme a lo que vendrá...
Las siguientes llegan más deprisa, notar la frescura que dejan, resbalan y empiezan a llevarse todo lo que me sobra, dejando sólo los recuerdos, las emociones...
Después, de golpe, sentirme empapada, llena de vida, dejando atrás todo lo que me hace daño.
Sentir que ni una parte de mí queda seca de felicidad, mi mente renovada, viva.
Sentir que no tendré que sobrevivir más, ¡vivir!
Respirar el olor húmedo, el aroma de una risa limpia de dolor, de culpa, de rencor...
Llenar mis pulmones de un nuevo aire, sano, de recuerdos y vivencias, de miradas y caricias, de besos y lágrimas de las que no hacen daño...
De repente otra vez la lluvia se vuelve lenta, gota a gota de nuevo, despacio, para fijar todas esas sensaciones nuevas, reencontradas...
Hasta que poco a poco va parando,
pero mi piel aún sigue mojada,
el cielo se aclara...
y es momento de dejar secar al sol... mi nueva esperanza

Cuando me siento sola

Cuando me siento sola me refugio en el canto apagado de la almohada, siento el frío que me estremece, que me dilata con el fluir de alguna herida. Me ahogo entre las sábanas y pienso en todo lo que no hice, en todo lo que perdí, en las horas que borré sintiendo el clamor de las agujas.

Cuando me siento sola me escondo entre sueños, que sólo son sueños, en esperanzas truncadas en la espera, en despropósitos de una vida mejor que ya no consuelan a una llave que no encaja.

Cuando me siento sola me cubro de angustia, me refugio en las sombras y en el silencio me desquito: no grito, pero creo que lo hago; no lloro, pero palpo cada lágrima.

Y cuando ya no siento nada, me secuestra la inconsciencia, me ama entre su pecho y me olvida con el alba.

Si me salen cosas tristes

¿Qué hacer? si me salen cosas tristes, cuando escribo, cuando pienso, o cuando miro la lluvia y el sonido del piano llena mi mente empañando mis ojos y arañándome el alma...
Canto, maldigo, leo, siento, beso, sueño, cierro los ojos, cuento, bailo, riego, salto, miro, salgo, duermo, oigo, bebo, sonrío, añoro, revivo, hablo, grito, hago, juego...

Pero no sirve:
Canto (canciones que hablan de ti), maldigo (al destino), leo (tus cartas), siento (tus manos), beso (tu foto), sueño (que estás aquí), cierro los ojos (pensando en ti), cuento (los días), bailo (con tus recuerdos), riego (un te quiero), salto (al vacío), miro (tus ojos), salgo (a buscarte), duermo (contigo), oigo (tu risa), bebo (tus besos), sonrío (con tu sonrisa), añoro (un abrazo), revivo (nuestros momentos), hablo (con mis recuerdos), grito (tu nombre), hago (que olvido), juego (a quererte)...

Todo en mi vida va de tu mano, sirves de guía...
Y me salen cosas tristes... todos los días...